#51 – La paciencia en el aprendizaje

La paciencia en el aprendizaje es esencial para transformar la ansiedad en crecimiento personal, aumentando nuestra resiliencia y permitiéndonos enfrentar desafíos con serenidad. Pero, ¿cómo podemos cultivarla eficazmente? ¿De qué manera nos beneficia en el largo plazo? Estas son algunas de las preguntas que exploramos en el episodio #51 de Poder Aprender.

El aprendizaje, tal como un viaje en auto, requiere paciencia, dirección y movimiento constante. Elegir qué y cómo aprender define nuestro camino, mientras que practicar mantiene nuestro progreso. La ansiedad por resultados inmediatos muchas veces nos impulsa a buscar metas cercanas, pero el valor real puede estar en objetivos más distantes y significativos. Reconocer y apreciar la distancia hacia nuestras metas nos brinda una dedicación más profunda al aprendizaje. La satisfacción y el bienestar a largo plazo suelen estar en la paciencia de cultivar habilidades duraderas, en contraste con la gratificación instantánea de logros rápidos.

La pregunta clave es si estamos dispuestos a dedicar el tiempo necesario para alcanzar nuestras metas de aprendizaje, en lugar de optar por logros rápidos y de alcance corto. Este enfoque paciente no solo mejora nuestra capacidad de aprendizaje, sino que también fomenta un bienestar y felicidad a largo plazo, demostrando que el verdadero aprendizaje se trata más del viaje que del destino final.

Explorar distintos caminos en el aprendizaje es como seleccionar rutas en un viaje, donde la diversificación y la elección consciente de métodos enriquecen la experiencia. Sin embargo, cambiar constantemente de estrategia puede resultar en pérdida de foco o progreso lento. La paciencia se convierte en un facilitador crítico para profundizar en el conocimiento y habilidades a largo plazo, impulsando la satisfacción personal más allá del éxito inmediato.

Por otro lado, la colaboración y el compartir experiencias con otros pueden amplificar significativamente nuestros viajes de aprendizaje. A través de la interacción, inspiración y el soporte mutuo, el aprendizaje se convierte en una experiencia más rica y gratificante. Este enfoque comunitario no solo nos lleva más lejos en nuestro camino, sino que también refuerza el entusiasmo por nuevos descubrimientos, validando que el verdadero aprendizaje es un proceso compartido y continuo.

Estos son los temas del episodio #51:

  • ¿Cuánto falta para llegar?
  • Elegir un camino
  • Empezar a recorrer el camino
  • Mantenerse en movimiento
  • Viajar solos o con otras personas
  • ¿Ya llegamos?

¡Sigan aprendiendo y acuérdense de practicar bien!

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Transcript
Walter F.:

"Poder aprender", el pódcast que te ayuda a aprender idiomas, hobbies y skills de manera más efectiva. Acá hablamos sobre hábitos de aprendizaje, práctica deliberada y estrategias para aprender mejor. Mi nombre es Walter Freiberg y te invito a desarrollar tu poder de aprender para alcanzar tus metas personales y profesionales.

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La paciencia en el aprendizaje transforma la ansiedad de alcanzar algo rápido en un viaje de desarrollo personal. Porque una parte importante de aprender algo está en el camino que recorremos para alcanzarlo. Cuando desarrollamos la paciencia aumenta al mismo tiempo nuestra resiliencia ante los desafíos, somos capaces de superar los obstáculos que surgen con más calma y conciencia. Cómo podemos aplicar la paciencia en nuestro aprendizaje de habilidades? ¿Cómo influye la paciencia en nuestra habilidad para aprender de nuestras experiencias? ¿Cómo podemos cultivar la paciencia en un mundo que nos presiona a conseguir cosas enseguida y a obtener resultados inmediatos? En el episodio de hoy vamos a hablar sobre esto de aprender a darle tiempo a los procesos de aprendizaje. Cuando era chico e íbamos a algún lugar en auto con la familia, algunos de mis hermanos o yo le preguntábamos a mi papá: "¿Cuánto falta para llegar?" Y la respuesta siempre era la misma: "Falta menos que antes". Decir "falta menos que antes" era una forma rápida y práctica de responder. Cuando decía eso, mi papá no necesitaba fijarse dónde estábamos en ese momento. a qué hora habíamos salido, cuántos kilómetros faltaban para llegar, a qué hora íbamos a llegar, cuánto tiempo faltaba exactamente para llegar a nuestro destino. Estábamos en el auto, estábamos yendo en la dirección correcta (en general), y estábamos en movimiento. Si manteníamos esas dos cosas, la dirección y el movimiento tarde o temprano íbamos a llegar. Cuando aprendemos cosas es parecido. Primero, elegimos qué queremos aprender y cómo lo vamos a aprender la dirección). Después, empezamos a practicar (que sería poner el auto en marcha) y seguimos practicando. O sea, nos mantenemos en movimiento. Hay destinos de aprendizaje que están bastante cerca, otros que están muy lejos y, en el medio, hay un montón de cosas. La distancia que tenemos para alcanzar eso que queremos aprender, ¿es un condicionante para nosotros? A veces pasa que la ansiedad nos lleva a buscar cosas cercanas, cosas que están al alcance de la mano porque parecen más rápidas. No tenemos paciencia. Pero, lo que queremos profundamente muchas veces está lejos, lleva tiempo. ¿Tendríamos que descartarlo solamente por eso, porque no está cerca, porque no podemos alcanzarlo rápido? ¿Importa realmente saber cuánto tiempo nos va a llevar aprender algo? ¿Estás dispuesto o dispuesta a esperar para desarrollar esa habilidad? ¿Cuánto tiempo podés esperar? Y acá no estoy hablando de cruzarnos de brazos y decir, "bueno, voy a esperar que mágicamente un día sea capaz de hacer esto", porque no va a pasar. Necesitamos elegir algo y ponernos en movimiento. Hay otra cosa que tiene que ver con la duración y el alcance de eso que voy a aprender. Una frase que me gusta de Thanissaro Bhikkhu es "What will lead to my long-term welfare and happiness?". Y, después de eso, dice "long-term is better than short-term". ¿Qué es lo que va a conducirme a mi bienestar y felicidad de largo plazo? "Long-term is better than short-term". Largo plazo, algo a largo plazo es mejor que corto plazo. Acá está hablando de la felicidad, entonces, se entiende. Y... esto lo podríamos pensar también en términos de aprendizaje: "What will lead to my long-term learning and happiness?". "¿Qué me va a llevar a una felicidad y aprendizaje de largo plazo?". Un aprendizaje duradero que pueda persistir en el tiempo. Porque hay habilidades que queremos desarrollar para poder aprovecharlas durante mucho tiempo. No nos contentamos simplemente con poder hacer algo un día o una semana y después no poder hacerlo más. Queremos que dure. Es como esta diferencia entre aprender el contenido del examen la noche anterior o estudiar a conciencia y tomarnos el tiempo varias semanas antes del examen. Aprobar el examen tal vez se puede aprobar igual, estudiando el día anterior o estudiando varias semanas, un par de meses antes. Ahora, el resultado de aprendizaje no va a ser el mismo. Lo que vamos a poder hacer con eso después del examen no va a ser lo mismo. También pasa con los idiomas. Aprender un idioma en 24 horas o en una semana o en un mes versus tomarnos un año para aprenderlo, dos años, cuatro años. Hay idiomas que están más lejos que otros. Llevan más tiempo. Es necesario dedicar más tiempo, más esfuerzo. Si ese es el idioma que quiero aprender, entonces va a valer la pena. No es que voy a cambiar el destino simplemente porque está más cerca. Resulta que ese lugar que a mí me gusta queda lejos. Bueno, voy a tener que armarme de paciencia. Siguiendo con esta analogía de el viaje y el recorrido y tomarnos tiempo para aprender, tenemos entonces tres partes: primero, elegir un camino, después, empezar a recorrer el camino y, por último, mantenernos en movimiento. Cuando hablamos de elegir un camino es cierto que hay veces en que existen varios caminos que nos llevan al mismo lugar. El asunto es que no podemos recorrer dos caminos a la vez. Tal vez podemos ir y venir entre uno y otro, pero eso puede llevar más tiempo del necesario. A veces, terminamos perdiendonós en esto de "pruebo este método y pruebo este otro método", cambio de camino, voy de acá para allá. Me pierdo o se me termina la nafta simplemente en ése ir y venir. Les voy a contar una experiencia con esto de la paciencia en el aprendizaje y el recorrido, el viaje, con cómo fue que empecé a cocinar y que aprendí a cocinar. Esto empezó en el año 2010. Hasta el 2010 yo nunca cocinaba. No me consideraba una persona que cocina. Vivía con mis padres y, ese año, por alguna razón, se me ocurrió que quería empezar a cocinar y para eso me busqué un instituto de cocina naturista y un curso presencial para aprender cocina naturista. Me gustaba la idea de cocinar sin carne. A lo mejor, porque en esa época estaba leyendo a Steve Pavlina, un blogger de desarrollo personal que era vegano, y tal vez eso fue ejerciendo su influencia. Por una de esas casualidades de la vida la profesora del curso de cocina naturista era vegana. Entonces, todas las recetas y todo lo que aprendí en ese curso era vegano. Y eso terminó influenciando mucho el resto de mi camino con la cocina. Entonces, acá el destino era aprender a cocinar, ser capaz de cocinarme mi propia comida. Me parecía una habilidad fundamental y también yo lo veía como un primer paso en esto de independizarme. Todavía vivía con mis padres, pero podía empezar a crear algunas pequeñas cosas que me ayudaran para el día en que viviera solo. Entonces, empezó como cocina naturista. Ese era el destino que tenía. No era ni cocina vegetariana ni cocina vegana, pero unos meses después de empezar el curso, terminé en el camino de cocina vegana. Terminé identificandomé más con ese estilo de vida y, si bien lo de naturista estuvo ahí durante un tiempo, los primeros meses o el primer año, después me di cuenta de lo que más me importaba en un principio era evitar alimentos de origen animal. Tenía el primer paso que era elegir el camino. Lo segundo era empezar a recorrer el camino. Ir al curso, empezar a practicar, empezar a cocinar en la casa de mis padres, que era donde estaba viviendo, compartir comida con otras personas. Esto me parece importante porque a veces nos proponemos empezar a aprender algo y esto queda como una declaración de intención, solamente. Eso es lo primero, pero después tenemos que ponernos en acción. Me imagino que habrá mucha gente que se compró el curso de cocina y después no fue, o fue a algunas clases. A veces pasa también que nos anotamos a clases de guitarra o de piano y no vamos. Cancelamos clases o tal vez hacemos lo mínimo necesario. Vamos a la clase, pero después no practicamos en casa. No practicamos entre clase y clase. Ahí estamos recorriendo el camino, empezamos a recorrer el camino, pero estamos yendo a 10 kilómetros por hora. Estamos yendo lento. Cuando hablamos de actividades que llevan tiempo cuanto antes empecemos, mejor. Cuanto antes empieces a recorrer el camino, más rápido vas a llegar. Si querés aprender un idioma muy distante que está muy lejos de otros idiomas que ya conocés, tal vez preferís empezar a aprenderlo antes, va a llevar un tiempo de aprendizaje más largo. Entonces, quizás tiene sentido empezar antes. El curso de cocina naturista allá por el 2010 duró algunos meses, estuvo buenísimo y después continuó con otros aprendizajes. Algunos años más tarde después me fui a vivir solo, y para ese entonces ya estaba preparado en ese aspecto, en otros tal vez no tanto, pero lo de la comida ya lo tenía practicado y lo tenía bastante resuelto. Ahí sí empecé a considerarme mi comida en mi casa. Empecé a invitar a gente a comer a mi casa, también. Empecé, también a mirar vídeos de recetas en los idiomas que iba aprendiendo (esto a lo largo de los años), hice otros cursos de cocina o participé de actividades de aprendizaje. Hice proyectos de aprendizaje con la cocina. En el 2021 hice este proyecto de cocina vegana en italiano. Ese año estaba practicando italiano, entonces decidí combinar las dos cosas. Me busqué una serie de recetas en italiano en YouTube y durante tres meses, cada semana probaba una receta nueva. Y... esa fue otra forma de seguir en movimiento con esa habilidad que es algo que me gustaba y que me gusta todavia. Otra cosa que hice para seguir desarrollando esto de la cocina es comprar la suscripción de Hola Veggie, que es un sistema de suscripción que hay en Argentina que consistía en recetas nuevas veganas, basadas en plantas, todas las semanas. Cuando vos te suscribías al servicio ellos te mandaban la receta y te mandaban los ingredientes. Entonces, simplemente tenías que seguir los pasos de la receta. Te decía también cuánto duraba la preparación y la dificultad. Y en ese servicio estuve como un año y medio suscripto hasta que me mudé. Y todas las semanas recibía, creo que eran dos preparaciones o dos recetas, no sé si dos o tres. Y... esto de recibir las recetas y los ingredientes obviamente que hace más fácil probar y experimentar con cosas nuevas, pero también me daba un montón de ideas, porque después empecé a ver cuáles eran... empecé a aprender técnicas o procedimientos nuevos que no conocía combinación de ciertas cosas. Y eso me llevó a inventar mis propias cosas, inventar mis propias recetas, improvisar, empezar a confiar un poco más en mi intuición. Después de un tiempo, hay gente que empieza a cocinar y no mide absolutamente todo, aunque en algunas cosas, en general, se recomienda seguir midiendo. En la pastelería, cosas dulces. Pero, así y todo, a veces uno va generando una intuición. Así como los veganos también desarrollan, yo digo que desarrollan una intuición para identificar productos potencialmente veganos cuando están en un supermercado. Por la pinta que tiene el paquete. Con la cocina y con las recetas también creo que pasa algo similar. Con esto de ir en auto... después de estas tres cosas (elegir un camino, empezar a recorrer el camino y mantenernos en movimiento), otra cosa que... que va aparecer, otro factor es si estamos solos o si estamos con otras personas. Está el dicho este..., es un proverbio africano que dice, "si quieres ir rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado". Hacer el viaje con otras personas puede hacerlo más entretenido, más agradable, más satisfactorio. Muchas veces necesitamos un copiloto o una serie de copilotos. Cuando íbamos en auto con mi familia, muchas veces mi mamá le decía a mi papá que tenga cuidado con tal o cuál cosa que aparecía en el tráfico. A veces le decía esto de más y mi papá se irritaba un poco. Pero bueno... era una forma de ayudarlo y ayudarnos tambien a que lleguemos a destino, a salvo, todos. Otra cosa es que alguno de los que iba en el auto íbamos leyendo la Guía Filcar o la Guía T para llegar a un lugar nuevo a algún lugar desconocido. Eso era en las épocas en que todavía no existía Google Maps. Estamos hablando de las épocas en que había guías de papel. Silvia Zweifel, una de mis mentoras, es una de las personas que desde el principio me recordó y me resaltó la importancia de incluir a otros en estos procesos de aprendizaje. Ella siempre me ponía en cuestión lo del aprendizaje autodidacta del que yo tanto me jactaba o el desarrollo personal que parece dejar... perder de vista un montón de otras cosas que pasan por afuera de nosotros, de nuestra individualidad. Y cuando viajamos con otras personas, cuando aprendemos con otras personas, ¿cómo es que llegamos más lejos, aunque no lleguemos más rápido? A través de los ejemplos que nos dan, aprendemos con las otras personas, recibimos inspiración, aumenta este deseo de superación. Empezamos a creer que nosotros también somos capaces. Si hay otras personas, otros pares u otras personas que están más adelantadas, que lograron algo a lo mejor, eso significa que eso también es posible para mí. A lo mejor, yo también puedo aspirar a eso. Sin mencionar todas las oportunidades de colaboración y de compartir. Después de llegar a algún lugar con el auto ya no le preguntábamos más a mi papá cuánto faltaba. Nos dábamos cuenta de cuándo era que habíamos llegado. Y... a todo eso, después era disfrutar del destino, del lugar ese al que habíamos llegado, de la actividad o lo que sea que hubiera previsto para ese momento, para ese lugar. Hasta que elegíamos un nuevo destino o hasta que teníamos que emprender el regreso. Cuando aprendemos cosas a veces sentimos que llegamos y nos damos cuenta de que podemos empezar una nueva partida. O que podemos volver al casillero inicial, pero no con una sensación de sacrificio o derrota o sentir, "uy, ¡otra vez desde el principio!", sino con el entusiasmo de decir, "voy a empezar un juego nuevo", "voy a empezar un proceso nuevo", porque me di cuenta de que lo que me gusta y lo que me divierte es esa práctica, es el proceso ese de ir mejorando el entrenamiento. La paciencia en llegar a algún lugar o en conseguir eso que queremos aparece también en pequeños ejemplos, en gestos chicos. Otro ejemplo de mi papá es el recuerdo de el café con leche batido. Por la mañana cuando íbamos a la escuela, él era el encargado del desayuno, del café con leche y se tomaba el tiempo de batir el café con el azúcar, en la taza. Café instantáneo con el azúcar. Y podía simplemente poner un par de cucharaditas de café, echar agua caliente, leche y listo. Y dejar que nosotros le agregáramos el azúcar después (siempre lo tomábamos con azúcar). Batir el café lleva un minuto, tal vez dos minutos. Y batir el café para varias personas tal vez puede llevar algunos minutos más, pero el resultado de batirlo o no batirlo es distinto, cambia. Y también hay un arte en eso de batir el café. Y, al día de hoy, es algo que yo lo sigo haciendo cuando tomo café con leche, cuando me preparo un capuchino. Y esto de batir el café con el azúcar, que quizás hoy es azúcar mascabo en vez de azúcar blanca, esto de tomarnos el tiempo para hacer esas cosas, para batir, tener paciencia con la preparación de la comida es un buen ejercicio para otras cosas. Hay procesos que tienen sus tiempos. Hay cosas que se pueden hacer de una manera o de otra manera. De varias maneras. Hay procesos de aprendizaje que no se pueden acelerar. Otra frase de Thanissaro Bhikkhu, es como con la comida: no podemos subir la temperatura de algo que se cocina a fuego lento para que se haga más rápido. Si lleva cierto tiempo de cocción, es por algo. No podemos apurarlo, apresurar ese proceso. De la misma forma, hay muchas cosas que requieren tiempo, maduración. Son cosas que se cocinan a fuego lento. Hay otras que se cocinan a fuego intermedio. Otras que se cocinan a fuego rápido, que se hacen enseguida. Lo importante es elegir algo y ponerse en movimiento. Elegí un camino, ponete en movimiento y mantenete en movimiento. ¿Querés aprender un idioma? Elegí un método de aprendizaje, empezá a usarlo y seguí usandoló. ¿Querés aprender a cocinar? Elegí un método que te inspire, empezá a experimentar y seguí practicando. ¿Querés aprender a tocar el piano? Elegí una forma de aprendizaje (clases particulares, curso online, lo que sea) empezá a practicar con el instrumento y seguí aprendiendo. Y... si a lo largo del proceso te da ansiedad y te dan ganas de preguntar "¿cuánto falta para llegar?", acordarte de lo que decía mi papá cuando íbamos en auto: falta menos que antes".

Walter F.:

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