#62 – Cosas que aprendí enseñando piano
Dicen que enseñar es una muy buena manera de aprender. En mis años como profesor de piano, definitivamente pude comprobarlo. Acompañar a otras personas en el aprendizaje de una habilidad puede ayudarnos a ver cosas nuevas en nosotros mismos y también en los demás. ¿Cómo podemos respetar las preferencias individuales de los estudiantes para maximizar su potencial? ¿Qué papel juega la práctica diaria en nuestro progreso? ¿Cómo podemos simplificar lo complejo para facilitar el aprendizaje? Estas son algunas de las preguntas que exploramos en el episodio #62 de Poder Aprender.
La transformación de no poder a poder aprender es un proceso que todos podemos experimentar como estudiantes de piano y también con muchas otras cosas. En mis años como profesor de piano aprendí que los estudiantes quieren y eligen aprender música de maneras diferentes. Entender y adaptar nuestras formas de aprender y ayudar a aprender según las necesidades individuales puede marcar una gran diferencia en el éxito de los estudiantes.
Otra cosa que me resultó evidente al trabajar como profesor de piano es la relación entre la práctica diaria y el progreso. Pequeños esfuerzos constantes pueden llevar a grandes mejoras, y esto es especialmente evidente en disciplinas como el piano. También noté cómo estos esfuerzos se manifestaban como resultados en otras áreas de la vida de las personas.
Simplificar lo complejo es otra clave para un aprendizaje efectivo, tanto en el piano como en otras habilidades. Descomponer conceptos difíciles en partes más manejables puede hacer que el aprendizaje sea más accesible y menos intimidante.
Al final del episodio comparto algunas historias motivadoras de estudiantes que me inspiraron a aprender por distintas razones. En esas viñetas cuento cómo las limitaciones nos las ponemos nosotros, cómo la edad no tiene por qué ser un impedimento para empezar o continuar un aprendizaje y cómo funciona la motivación e inspiración cuando dos miembros de la familia comparten un aprendizaje musical.
Estos son los temas del episodio #62:
- La transformación de no poder a poder aprender
- Aprender a respetar las preferencias de los estudiantes
- La relación entre la práctica diaria y el progreso
- La importancia de simplificar lo complejo
- Anécdotas inspiradoras de estudiantes de piano
¡Sigan aprendiendo y acuérdense de practicar bien!
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Transcript
"Poder aprender", el pódcast que te ayuda a aprender idiomas, hobbies y skills de manera más efectiva. Acá hablamos sobre hábitos de aprendizaje, práctica deliberada y estrategias para aprender mejor. Mi nombre es Walter Freiberg y te invito a desarrollar tu poder de aprender para alcanzar tus metas personales y profesionales. Entre el 2012 y el 2018 di miles de clases de piano. Al principio, daba clases solamente en mi casa. Después, también di clases de piano a domicilio y hasta llegué a dar clases de piano online. En ese proceso, ayudé a muchas personas a aprender piano y esas personas también me ayudaron a mí a aprender una variedad de cosas. ¿Cuál es el lugar de las preferencias personales a la hora de aprender algo? ¿Cómo se reflejan la disciplina y la práctica diaria en algunos logros en la vida? ¿Cuál es la importancia de la simplificación? En este episodio les voy a compartir algunas de las cosas que aprendí en mi trayecto como profesor de piano. Una de las cosas más lindas que me llevo de haber trabajado aquellos años como profesor de piano es ser testigo y ver la transformación de las personas en esto de pasar de no poder aprender piano a poder aprender piano. Muchos de los estudiantes que llegaban a mí venían con historias de frustración o malas experiencias pasadas o la creencia de que no tenían talento o que no tenían capacidad. Y aquellos que empezaban a aprender y que seguían aprendiendo experimentaban muchas veces un cambio, una transformación. No todos, porque ahí, bueno... es una responsabilidad un poco compartida. Hay una parte que depende de mí y otra parte que depende del estudiante. Entonces, yo no podía garantizar resultados para todos y no podía ayudar a todas las personas a transformarse. Pero a algunas personas sí. Entonces, lo que me llevo de esa experiencia y de ese trayecto, es que la confianza en nuestra propia capacidad para aprender es algo que puede cambiar, es algo que se puede desarrollar. Tal vez antes de ver a tantos y tantos estudiantes pasar por eso yo tenía un poco la idea de que la confianza o está o no está es algo que ya viene dado como algo innato y no hay nada por hacer. Pero, el hecho de dar clases de piano y estar en contacto con tantos estudiantes y dar tantas clases me permitió ver que eso iba a fluctuando y que había cosas que yo podía hacer como profesor y había cosas que también podían hacer ellos, los estudiantes y las estudiantes para mejorar y para aumentar esa confianza, que un poco es lo que está detrás de la idea de que podemos aprender piano o podemos aprender guitarra o una otra cosa. Uno de los efectos secundarios de ser testigo de este desarrollo de capacidad y desarrollo de confianza fue que yo empecé a aumentar mi propia confianza en mis propios aprendizajes. Esto lo puse al servicio de mis propios aprendizajes de idiomas o aprendizajes de otras habilidades. Yo veía cómo esto funcionaba para otras personas y pensaba "Ah, tal vez yo también puedo desarrollar capacidad y confianza en mis aprendizajes de otras cosas". Después, con el tiempo, iba a poner al servicio todo esto de la facilitación de otros aprendizajes con los demás. Ayudar a otras personas a aprender español o ayudarlas a aprender algún otro idioma, ayudar a la gente a desarrollar habilidades, a desarrollar skills. Entonces, eso me sirvió para ver que podía ayudar a la gente a desarrollar confianza en sus propias capacidades. Y obviamente que ellos también se pueden ayudar a sí mismos. Como toda la gente que está escuchando esto. Es algo que puede cambiar y que se puede transformar. Esta idea y esta creencia que tenemos de no poder aprender algo a poder aprender algo. El segundo punto que aprendí en esos años de profe de piano es esto de aprender a respetar las preferencias de los estudiantes. En mi primera formación en Neurolanguage Coaching® en el año 2023 recuerdo que ahí cuando escuché a Rachel (que hice la formación con ella), Rachel Paling, la creadora d el método, escuché a ella hablar de las preferencias de los estudiantes y las preferencias de aprendizaje de idiomas. Eso me recordó lo que yo veía como profesor de piano. Y había gente que quería poder tocar rock o pop u otros géneros. Cuando me di cuenta de eso, la primera pregunta que empecé a hacer es, ¿qué estilo te gustaría aprender? ¿Te gustaría aprender piano clásico o piano popular? Tal vez alguien me podría decir que es una generalización y que no se reduce todo a clásico o popular, pero aunque no lo crean, por lo que me contaban los mismos estudiantes, hay muchos profes que tal vez asumían que los estudiantes tenían una preferencia o la otra. Típicamente el piano, que es un instrumento más clásico, es un instrumento muy versátil que se puede hacer para un montón de estilos, pero en lo que es la enseñanza muchas veces viene como un poco asociado al piano clásico. Entonces, muchas veces toma esto de aprender piano como aprender a tocar música que clásica con partituras. Eso a mí no me gustaba. Entonces, no lo hacía. En mis clases yo siempre indagada sobre esto: qué estilo le gustaba o qué estilo le entusiasmaba. A veces había estudiantes que no me sabían decir qué estilo le gustaría por tocar. Y les preguntaba: ¿qué música te gusta escuchar? A veces eso daba unas pistas. Y después otra cosa que preguntaba, que tiene que ver con las preferencias de los estudiantes es, cómo tenían ganas de aprender. ¿Tenían ganas de aprender con partituras o sin partituras? Con acordes, sin acordes, con cifrado americano, sin cifrado americano? ¿Tenían ganas de usar algún tipo de tecnología o no? Abría un abanico de posibilidades. Mi intuición me decía que si iba por una forma que les resultara agradable iba a traer mejores resultados. Recuerdo que al principio de todo con la gente que empezaba de cero, por ejemplo, tenía un sistema que era muy fácil, que era muy amigable que había aprendido en algún lugar y que llevaba a la gente de manera gradual a construir conocimiento para iniciarse con el pentagrama y con la lectura, todo eso. Empezar a reconocer estas preferencias de los estudiantes también me mostró mis propias preferencias a la hora de aprender. Me ayudó a tomar conciencia y también a seguir teniéndolo en cuenta en otras facilitaciones de aprendizaje que seguí haciendo a lo largo de los años. La tercera cosa que me resultó muy evidente como profesor de piano, algo que aprendí enseñando piano es la relación que hay entre la práctica diaria y el progreso. Otra forma de decirlo sería, relación entre disciplina y progreso en el aprendizaje. La verdad es que para lograr resultados en el aprendizaje de piano, como sucede con muchos otros instrumentos, es necesario una disciplina y una práctica frecuente, estar en contacto con cierta frecuencia con el instrumento, idealmente todos los días. Y yo veía que aquellos estudiantes que realmente practicaban entre clase y clase progresaban a un muy buen ritmo y otros estaban dando vueltas en círculos durante mucho, mucho tiempo. Cuando empezaba una clase, si los estudiantes tocaban la pieza que habían practicado o no era evidente y era obvio, si habían practicado o no. Entonces no hacía falta que me dijeran: "practiqué, no practiqué". Eso se notaba. Y era la diferencia entre estar mucho tiempo machacando con lo mismo o poder ir avanzando y progresando, o también a veces enfocarnos en cosas más sutiles en ir puliendo el costado más musical en vez de enfocarnos o quedarnos solamente con un aspecto muy superficial o muy técnico de bajar teclas. Una cosa también que noté es que las personas que practicaban con disciplina en general tendían a obtener buenos resultados también en otras áreas de su vida. Por ejemplo, eran personas que habían tenido cierto éxito profesional o que estaban teniendo cierto éxito profesional o cierto éxito académico. Y eso me parecía superinteresante porque veía que solía haber una correlación. No quiero decir que una persona que no practica con frecuencia o que no es "disciplinada", entre comillas, no va a lograr cosas en la vida o que no va a tener éxito profesional o académico o en su vida personal. Pero me parece que es algo interesante a tener en cuenta porque a veces podemos entrar y podemos acercarnos a estos logros desde distintos ángulos y de distintos lugares. Quizás para alguna persona puede ser el hecho de empezar a practicar un instrumento como el piano o cualquier otro y dedicarle un tiempito todos los días puede abrir la puerta a establecer disciplinas en otras áreas de su vida. Esto de la práctica diaria o la disciplina suele ser importante para un montón de cosas, no solo para el piano. Si quiero estar en forma necesito poner en práctica ciertas disciplinas. Si quiero cuidar de mi salud, necesito crear ciertos hábitos. Por eso, el hecho de enfocarnos en una práctica diaria, en establecer una disciplina puede ser la puerta para otros logros. Observar esta relación en algunos estudiantes en particular que me parecían admirables por algunas cosas que habían logrado en su vida personal y profesional, me permitió también recordar o tomar conciencia de la importancia de esa práctica. A veces esto de como una persona hace algo en su vida en un aspecto de su vida, en general, suele hacer todo. La persona que es disciplinada, o que quiere ser disciplinada, puede tomar este enfoque también y decir: "si yo me pongo a practicar piano, voy a practicar con frecuencia y voy a practicar varias veces por semana porque soy una persona que practica y soy una persona que sabe que esto trae resultados". Otra cosa que aprendí enseñando piano es la importancia de simplificar lo complejo. Esto lo podía ver tanto en la gente que aprendía con partituras como con aquellos que aprendían con acordes o cuando practicaban sacando música de oído. Más allá del estilo y más allá de la forma de practicar siempre era posible simplificar. Agarrar algo complejo y hacerlo más simple. Por ejemplo, cuando estábamos trabajando con una pieza se podía porcionar la pieza, partir, poder ubicar las partes y también se podía, por ejemplo, tener en cuenta solo uno de los elementos. Por ejemplo, solamente el ritmo o solamente la melodía o solamente la armonía. Eso ayudaba a lograr reducir la ansiedad y enfocarse en una parte. Esto de poder simplificar lo complejo también me parece que es muy útil para poder entender la estructura de una pieza, cuando se está trabajando con una pieza. Y nos da la oportunidad de enfocarnos en unidades pequeñas sin desalentarnos por todo lo que falta o sin perder la paciencia, manteniendo el foco en el próximo paso. Creo que esa fue una gran enseñanza de paciencia y de la importancia del foco. O sea, cuando estamos simplificando algo complejo, lo estamos haciendo más simple. Esto después lo iba a poner en juego en mis propios aprendizajes del idiomas, enfocarme en el área en particular del idioma que necesitaba aprender. También lo usé cuando escribí los libros para ayudar a la gente aprender español, las novelas graduadas, las Spanish Novels, ahí también estuvo esto de simplificar lo complejo. Porque partía de un nivel avanzado de español, pero antes de llegar ese nivel avanzado había niveles previos y había maneras de simplificar eso que era complejo, por ejemplo, con extensión o con tiempos verbales con distintos elementos. Entonces, cuando lo daba vuelta, eso permitía empezar por algo muy fácil e ir construyendo de manera gradual. Y, esto de lo gradual, y pasar de lo simple a lo complejo es una constante que la fui viendo a lo largo de distintos momentos en mi vida como aprendedor de cosas y también como facilitador de aprendizajes. La veo también en mi propio desarrollo profesional o en mis propios aprendizajes más formales. Si estoy haciendo algún curso, alguna formación me gusta también esto de ir de forma gradual. Paso a paso. Voy construyendo de lo simple a lo complejo, voy agregando piezas y agregando unidades y creo que esto está de alguna forma conectado con la experiencia de la simplificación en el abordaje de una pieza de piano, que es algo que hacía todo el tiempo con los estudiantes. Para terminar me gustaría contarles algunas anécdotas inspiradoras de estudiantes de piano. La primera es de un estudiante no vidente que tuve. Esta persona se había quedado ciega de adulta. Era una persona también con... un hombre con muchas inquietudes y una gran sensibilidad espiritual. Y tenía un gran oído y una gran sensibilidad musical, también. En este caso, él me contó cuál era su situación. Me llamó un día por teléfono. Me sorprendió un montón y le dije que no tenía experiencia con eso, pero que podíamos probar. No recuerdo cuántas clases hicimos, pero fueron algunos meses y fue una experiencia super desafiante y también muy linda. Fue desafiante como profesor, pero eso también me permitió ver que hay muchas personas que están realmente motivadas para aprender algo más allá de las limitaciones físicas o que les pueda presentar su realidad. Entonces, eso creo que estuvo muy bueno como para derribar algunas creencias que tenía en cuanto a lo que pueden hacer las personas. Muchísimas personas pueden ver, pueden usar su sentido de la vista, y así y todo eso lo consideran como no posible. Y esta persona que no podía ver, tenía un montón de otros recursos que ponía el juego de la creación de música. Entonces, ahí en las clases con esta persona, yo le grababa audios y le mandaba ahí grabaciones de audios y explicaciones. Y tenía que echar mano de otro tipo de recursos que los que normalmente usaba con un estudiante que podía ver. Y fue una experiencia muy interesante. Y aprendí un montón sin duda. Después, también aprendí mucho con las estudiantes más pequeñas que tuve que tenían cinco años. Tuve dos estudiantes que tenían cinco años. Y me sorprendió muchísimo la curiosidad y la capacidad que tienen los niños para aprender, el entusiasmo y la alegría de aprender. Estuvo muy bueno ver eso. También he dado clases a niños y niñas de edades un poco más grandes, pero con los más chiquitos, la verdad es que estaba bueno. El desafío ahí muchas veces tiene que ver con el acompañamiento de los padres en la práctica. Cuanto más chiquitos los estudiantes de piano más necesidad de ese acompañamiento de los padres. En general, yo trabajaba más con estudiantes a partir de la adolescencia, en general más adultos a partir de los 20 años, algunos adolescentes y muy poquitos niños. Entonces, no es en lo que más tengo experiencia, pero esa fue la sensación que me dio al trabajar con algunos niños. Y tuve un estudiante de 80 años. Un señor que tenía experiencia musical y ya tocaba el acordeón. Ese fue el más grande que... que tuve hasta donde yo sé. Tampoco es que le estaba... les estaba preguntando la edad, pero ese, recuerdo que me había dicho, una vez. Y eso también me sirvió como para aprender y para recordar esto, de que no hay edad para empezar a aprender o para seguir aprendiendo. Un poco en la misma línea de Gerry, de Gerry Garbulsky con su pódcast "Aprender de grandes" es también seguir aprendiendo toda la vida. Y esta... ese señor estaba totalmente comprometido con su práctica y con su capacidad para poder crear música a los 80 años. Y es algo que me parece genial. Y otro caso que me parece superlindo es el de la madre e hija que tomaban clases. Tuve al menos dos casos de la mamá y la hija, en general era una madre y una niña tal vez de no sé, en un caso, menos de 10 años, en los dos casos. Y algo que me pareció muy lindo era la colaboración y la inspiración a través del ejemplo. La madre inspiraba a la hija y viceversa. La hija también inspiraba a la madre. Esto me parece que está bueno tenerlo siempre como una opción. Los padres, ofrecer a los hijos si quieren aprender un instrumento y también hacerlo ellos, porque me da la sensación de que muchas veces padres y madres "mandan" a sus hijos a actividades cuando son ellos quienes en... en realidad quieren hacerlo. Por ejemplo, una madre que le hubiera gustado aprender piano o que le gustaría tal vez en este momento o en un futuro. "No tuve la posibilidad o en mi casa no había un piano, no había dinero, no podíamos tomar clases. Bueno, le voy a regalar esto a mi hijo, a mi hija". Me parece un gesto hermoso y está buenísimo, especialmente si el niño o la niña quiere aprender ese instrumento o la habilidad que sea, pero también pueden aprenderlo ellos. Si estás en esa situación y querés regalarle a tu hijo a tu hija ese aprendizaje, a lo mejor también podés regalártelo a vos, dependiendo de cómo te sientas y la disponibilidad que tengas y el deseo de explorarlo, me parece que está bueno tenerlo en cuenta. Una de las cosas que más me gusta de ayudar a otras personas a aprender cosas es que ver eso, ser testigo de ese aprendizaje me permite ver mi propia capacidad de maneras nuevas. Me permite ver cosas nuevas para poder hacer cosas nuevas. Esto también lo veo ahora como coach: la gente acude a mí para obtener inspiración y motivación, para ver posibilidades nuevas para ellos mismos. Y, en ese proceso, yo también recibo inspiración de esas personas. Aprendo mientras veo cómo ellos aprenden. Podés escuchar "Poder aprender" en las principales plataformas de pódcast y en YouTube. También te invito a suscribirte al newsletter semanal en poderaprender.com para enterarte de los nuevos episodios del pódcast y otras novedades para aprender mejor. En redes sociales podés buscar este pódcast como "poder aprender". Encontrá todos los links en la descripción. 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