¿Qué idioma aprender?

Cuando nacemos empezamos a aprender un idioma. Incluso antes de haber nacido, ya estamos escuchando y preparándonos para aprender un primer idioma. A medida que vamos creciendo somos capaces de hacer más y más cosas con eso que aprendemos: entendemos lo que otros nos dicen, hablamos, nos comunicamos, escribimos, etc. El primer idioma nunca lo elegimos. Nuestros padres o las personas a cargo de criarnos lo eligen por nosotros. Aunque la verdad es que -en general- ellos tampoco lo eligen. El idioma viene dado por el lugar en el mundo en que nacemos.

Algunos niños crecen aprendiendo dos o más idiomas. Otros -la mayoría- solo uno. Una vez alcanzamos cierta edad estamos en condiciones de elegir. Es entonces cuando nos empezamos a hacer preguntas: ¿nos gustaría aprender otro idioma? ¿Qué otro idioma nos gustaría aprender?

A veces nos apresuramos a decidir que aprender otro idioma es algo que “hay que hacer” o que sería bueno para nosotros. Se supone que saber dos o más idiomas es bueno, ¿no? Nos ofrecería mayores oportunidades profesionales, la oportunidad de viajar y conocer lugares con mayor facilidad, etc. Estoy de acuerdo con todo esto: aprender idiomas tiene muchas ventajas. Ahora bien, ¿cómo aplican estas ventajas en nuestra vida y en nuestra situación personal? ¿De qué me serviría aprender chino mandarín por sus ventajas para viajar por China, si no planeo viajar a ese país? De la misma manera, idiomas como el alemán pueden ser muy útiles para alguien que trabaja en el área de ingeniería y que planean desarrollar una carrera en ese país (o usarlo en su trabajo). Si yo no trabajo en ingeniería, esa razón no aplicaría para mí. Eso no impediría que encuentre otras razones para aprender ese idioma.

Por eso me parece importante hacer un auto-análisis y reflexionar en las razones por las que queremos aprender eso que queremos aprender (en este caso, idiomas).

No necesitás otro idioma

Para comunicarte con otras personas y vivir una vida feliz, un idioma es más que suficiente. No necesitás aprender dos, tres o cuatro idiomas. Con uno es suficiente. La mayoría de las personas usamos nuestro idioma para comunicar ideas y mensajes, para comprender los mensajes de los demás, para trabajar, para relacionarnos, para aprender cosas y para desenvolvernos en la vida en general. Alguien que nace en Argentina -y que planea seguir viviendo en ese país- puede estar perfectamente con su español nativo.

Desde ya que aprender un segundo idioma abre nuevas posibilidades, pero no es algo indispensable. Dependiendo del camino profesional/laboral que diseñemos para nosotros mismos y de las cosas que sean realmente importantes en nuestra vida, la “necesidad” de un segundo idioma será mayor o menor. Y esto es una decisión personal. Para algunas áreas y actividades, tener conocimientos de un segundo idioma (para un hispanohablante nativo, el inglés) puede ser algo muy valorado. Si fuera algo indispensable, tenemos la opción de decidir de antemano si queremos embarcarnos ahí o preferimos buscar otro camino.

¿Para qué te gustaría aprender otro idioma?

La acción de aprender un idioma a veces está conectada a un fin utilitario. Pensamos en aquello que nos permitiría hacer el idioma. Por ejemplo, mucha gente quiere aprender japonés para poder leer manga y ver anime en japonés. Y la verdad es que tiene mucho sentido 🙂 No es lo mismo leer un comic o una novela en su idioma original que leer una traducción.

Como el tiempo y la energía que tenemos es limitada, no siempre podremos consumir los materiales que nos interesan en el idioma original. No hay nada de malo con leer traducciones, usar Google Translate y mirar películas con subtítulos en un idioma que conocemos. Por suerte, no necesitamos aprender todos los idiomas del mundo: solo los que son importantes para nosotros.

Motivaciones comunes para aprender idiomas

Algunas de las razones más frecuentes para aprender idiomas son:

  • Tener más y mejores oportunidades laborales
  • Viajar
  • Aprender sobre otras culturas
  • Hobbies e intereses personales
  • Leer o aprender cosas en otros idiomas
  • Música, cine y arte
  • Estudios universitarios
  • Beneficios cognitivos

Hay muchas más razones que las listadas acá arriba. De hecho, hay tantas razones como personas en el mundo. La motivación de cada uno de nosotros para aprender un idioma va a ser única e irrepetible. Está conectada con nuestra experiencia personal del mundo, con lo que estamos viviendo a cada momento y con lo que proyectamos para nuestro futuro.

Muchas veces encontraremos una combinación de motivaciones. No es una sola. Empezamos a aprender un idioma por una razón en particular (por ejemplo, para leer literatura en ese idioma), pero luego vamos agregando nuevas razones. Aunque haya motivaciones más importantes que otras, con el tiempo vamos encontrando nuevas razones para aprender el idioma elegido.

La mejor razón para aprender un idioma

La mejor razón para aprender un idioma es la que a vos te inspire a aprender. Siempre va a ser individual.

Está bueno tener en cuenta que la razón que elijas a veces cambia o pierde fuerza. Hace unos 7 años se me había ocurrido empezar a aprender alemán. Una de las razones más importantes para mí era la idea de ir a estudiar música a Alemania. Para poder ir a estudiar a ese país necesitaría aprender alemán. Durante dos o tres años estudié el idioma, hasta que en un momento dado me di cuenta de que ya no estaba tan motivado para seguir aprendiendo. ¿Qué había pasado? El proyecto de ir a estudiar a Alemania ya no tenía tanta fuerza. En poco tiempo, la razón principal que tenía para aprender el idioma había desaparecido. Y, junto a esta razón, se fue también la motivación para seguir practicando el idioma. Aunque tenía otras motivaciones, no fueron suficientes para mi para seguir invirtiendo tiempo y energía en aprender el idioma de forma activa durante los últimos años.

Elegir idiomas para aprender

No estoy en contra de hacer una lista de idiomas para aprender en el futuro. Puede ser interesante para recordarnos lo que queremos hacer más adelante. El único problema, sin embargo, es que tal vez esta lista cambie con el tiempo.

El idioma que nos gusta o que nos interesa en este momento tal vez ya no nos llame la atención de acá a cinco o diez años. Por esa razón, en lo personal prefiero elegir qué idioma aprender o practicar de momento a momento. Si hoy elijo aprender italiano por ciertas razones -y si estoy dispuesto a invertir el tiempo necesario en esta actividad- me pongo a aprender italiano. En este momento puede que tenga mucho más sentido para mí eso que aprender un idioma que estuvo en mi “lista” durante años, pero para el que ya no me siento motivado.

La motivación para aprender y practicar siempre decae con el tiempo. Por eso es muy importante tener esto en cuenta al momento de comprometernos a aprender un idioma. Por un lado, no queremos mantenernos inflexibles y seguir aprendiendo algo a toda costa aún cuando ya no tenemos motivaciones/razones para hacerlo. Eso no nos serviría de nada y muy probablemente haría el proceso más tedioso, aburrido y difícil. Al mismo tiempo, tampoco queremos darnos por vencidos ante la menor dificultad. Se trata de encontrar un equilibrio: saber cuándo seguir y saber cuándo ya no es momento de continuar.

Decidir qué idioma aprender es algo muy personal. No hay respuestas correctas o incorrectas. Incluso, antes de decidir qué idioma aprender puede ser interesante hacernos algunas preguntas: ¿realmente necesitamos aprender otro idioma? ¿Qué es lo que podríamos hacer con ese idioma que ahora no podemos hacer? ¿Cuáles son las posibilidades que nos abriría?

Antes de embarcarnos en el aprendizaje de un idioma también resulta útil saber que necesitaremos tiempo y energía. ¿Estamos dispuestos a invertir ese tiempo? Si tenemos razones suficientes para aprender el idioma elegido, encontraremos el modo de crear el tiempo y asignar a esa actividad la prioridad que realmente merece en nuestra vida. Así, aprender un segundo (o tercer, cuarto…) idioma se vuelve algo divertido y efectivo 🙂